Uno de los lugares atractivos de Posadas por su pasado histórico, es el Museo Arqueológico e Histórico "Andrés Guacurarí", que ofrece a quién lo visita, materiales de gran valor histórico y cultural. El recinto alberga objetos del período paleolítico de nuestra provincia y de la época jesuítica predominante, así como los objetos de otras épocas que ayudan a la interpretación de nuestra cultura.
Los materiales históricos de la provincia se exhiben en forma permanente en los distintos sectores del museo y en vitrinas, con sus respectivas indicaciones, que orientan al visitante hacia una mayor compresión de los objetos expuestos.
Un nombre con historia
El primer nombre impuesto a este ámbito donde se conserva y se revive el ayer de Misiones, fue "Museo del Hombre", creado en 1978 merced a las colecciones donadas por Miguel Angel Nadasdy, de nacionalidad rumana, radicado hasta su muerte en la localidad de San Ignacio, que dedicó la mayor parte de su vida a conservar elementos representativos de culturas europeas, de nuestro país, y especialmente de Misiones. Años después, este reservorio se denominó "Andrés Guacurarí", en memoria del indígena misionero nacido en la reducción de San Francisco de Borja (hoy Brasil) el 30 de noviembre de 1775, que fue adoptado por el caudillo oriental José Gervasio Artigas y se convirtió después en uno de los principales jefes de Artigas. Fue gobernador de Misiones en 1915. Dedicó su vida a luchar por la causa del federalismo y las autonomías provinciales y defender los límites territoriales de nuestra patria contra los intereses expansionistas de otros países.
Sala jesuítico-guaraní
Este ámbito, donde el pasado y el presente se conjugan, cuenta con un centro de interpretación jesuítico-guaraní, conformado por trabajos de investigación constante y continua, con el aporte de los estudiosos e interesados en la materia específica, que se difunde en forma gráfica, fotográfica, visual y auditiva. Se aprecia a través de cuadros sobre aspectos edilicios y constructivos de las misiones, elementos originales y maquetas que muestran la traza de las reducciones y las disposiciones de los edificios; ruta jesuítica internacional, interior de una vivienda, por medio de réplicas que recrean lo que fue un hogar indígena en las reducciones. También se exponen grabados y el catecismo en lengua guaraní compuesto en 1724, por Nicolás Yapuguay, en la imprenta de Santa María la Mayor. Otras vitrinas contienen colecciones correspondientes a los períodos paleolítico y neolítico, fruto del relevamiento arqueológico. Los elementos fueron hallados por medio de excavaciones sistemáticas de campo en San Javier, Monte Carlo, Puerto Piray, Capioví, Pueto Iguazú. Se trata un sinnúmero de hachas, puntas de lanza, fragmentos cerámicos y ánforas funerarias. Los trabajos de selección, clasificación con relación al tiempo y cultura fueron realizados por la arqueóloga Ruth Adela Poujade.
Esculturas religiosas
En otro sector se exponen imágenes religiosas, construidas en madera policromada y articuladas que se hallan expuestas en las distintas vitrinas, que fueron donadas por el citado coleccionista. Todas estas esculturas pertenecieron a distintos dueños, y Nadasdy, en su búsqueda por diversos lugares de la provincia, obtuvo conjeando piezas jesuíticas por alimentos. En las Misiones Jesuíticas, la escultura fue una importante actividad, como auxiliar de la arquitectura o como arte imaginero. Las iglesias jesuíticas se poblaron de imágenes de madera generalmente policromadas o bien de imágenes articuladas para ser vestidas. Varias de ellas se hallan expuestas en la sala mayor de la planta alta del museo histórico.
Artesanía guaraní
En otro sector se exhiben canastos de diversos tamaños, elaborados por aborígenes con fibras vegetales autóctonas, especialmente de gran variedad de cañas típicas de la zona
8.2.07
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